El Ciervo se inició en los años cincuenta y debe su nombre a la afición por la caza del primer dueño, Luis Vitale.

Fue uno de los primeros negocios gastronómicos en la capital neuquina. En la década del ´70 lo compró el actual dueño, oriundo de España, residente en Argentina desde 1957.

"El gallego", como se lo conoce, durante trece años se dedicó a la gastronomía en la ciudad de Buenos Aires, luego distintas circunstancias lo trajeron a esta ciudad joven y próspera. Apostando desde un principio en Neuquén decidió adquirir "El Ciervo" en el año 1970, y cinco años más tarde ya contaba con una confitería moderna y remodelada a la altura de las exigencias del público neuquino.

En el año 1993, luego de dieciocho años de gran éxito y apoyo continuo de los clientes y amigos, una vez más la familia Alonso decidió remodelar el establecimiento para abrir al año siguiente en este caso como restaurante y marisquería adoptando el actual diseño en lo que hoy es el negocio gastronómico con más trayectoria de esta ciudad.